El corazón de la sierva de Naaman
Objetivo: identificar la necesidad propia y de las demás personas.
Base bíblica: Segunda de Reyes 5:1-5,14.
Cita bíblica a memorizar: Salmos 139:13-18.
Este tiempo lo abordaremos con el ejemplo de una joven que en medio de la cautividad su vida tuvo un propósito importante que trascendió más de lo que ella pudo imaginar. Se trata de una chica israelita que servía a una familia. Esta jovencita es arrancada de pronto de su hogar por una banda armada de sirios, llevándola cautiva y luego vendida como esclava en un país extraño, con distinto lenguaje, costumbres y creencias. ¿Cuánta amargura habrá sentido en su alma? ¿Cuánto dolor, cuanto odio por sus captores, cuanto deseo de venganza? Ella se vio obligada a servir en la casa del general que probablemente tenía bajo su mando a quienes la habían arrebatado de su hogar, interrumpiendo así una adolescencia tranquila y feliz. En cautiverio, la jovencita conoce a Naamán, un gran guerrero en su tiempo, pero ahora enfermo de lepra. A pesar de su jerarquía y dignidad, la enfermedad lo convierte en una persona despreciable, pero tiene compasión de él.
(Procedamos a leer.)
Hay muchas situaciones en nuestra vida que han hecho que nos centremos en nosotras mismas y que no veamos la necesidad de otros. ¿Cuántas veces podemos ayudar o tenemos los recursos para que otra persona mejore y no lo compartimos? La dureza, el resentimiento, el rechazo, el dolor, el rencor, el odio solo son estorbos para no relacionarnos con las demás personas y hacer el bien. Dios quiere que las bendiciones que recibamos las podamos compartir con otros.
Mateo 9:35 y 36 dice que “Jesús recorría las ciudades y aldeas enseñando y predicando el evangelio y sanando enfermedades y dolencias y al ver las multitudes tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas” Dios quiere que tengamos compasión y misericordia por otras personas, hay un propósito importante para nuestras vidas. Tenemos que ser esas mujeres que levanten a otras, entender que fuimos formadas con un propósito y que en dios tenemos una identidad que nos llevara a satisfacer nuestras necesidades y también ayudar a los demás. Necesitamos que Dios siga limpiando nuestro corazón.
Esta niña vio la necesidad y trasmitió un mensaje de esperanza. Yo te invito que mires a tu alrededor la necesidad de otros y hagas una obra misericordia. No eres una casualidad de la vida, tienes un propósito y un valor en Dios. ¿Hemos sido transparentes y honestas? ¿Crees que podemos retomar esos valores perdidos?
Oración: pedimos a Dios que seamos mujeres de amor y misericordia para con los demás y poder ver sus necesidades y ayudarles sabiendo que también nosotras seremos bendecidas.
Base bíblica: Segunda de Reyes 5:1-5,14.
Cita bíblica a memorizar: Salmos 139:13-18.
Este tiempo lo abordaremos con el ejemplo de una joven que en medio de la cautividad su vida tuvo un propósito importante que trascendió más de lo que ella pudo imaginar. Se trata de una chica israelita que servía a una familia. Esta jovencita es arrancada de pronto de su hogar por una banda armada de sirios, llevándola cautiva y luego vendida como esclava en un país extraño, con distinto lenguaje, costumbres y creencias. ¿Cuánta amargura habrá sentido en su alma? ¿Cuánto dolor, cuanto odio por sus captores, cuanto deseo de venganza? Ella se vio obligada a servir en la casa del general que probablemente tenía bajo su mando a quienes la habían arrebatado de su hogar, interrumpiendo así una adolescencia tranquila y feliz. En cautiverio, la jovencita conoce a Naamán, un gran guerrero en su tiempo, pero ahora enfermo de lepra. A pesar de su jerarquía y dignidad, la enfermedad lo convierte en una persona despreciable, pero tiene compasión de él.
(Procedamos a leer.)
Hay muchas situaciones en nuestra vida que han hecho que nos centremos en nosotras mismas y que no veamos la necesidad de otros. ¿Cuántas veces podemos ayudar o tenemos los recursos para que otra persona mejore y no lo compartimos? La dureza, el resentimiento, el rechazo, el dolor, el rencor, el odio solo son estorbos para no relacionarnos con las demás personas y hacer el bien. Dios quiere que las bendiciones que recibamos las podamos compartir con otros.
Mateo 9:35 y 36 dice que “Jesús recorría las ciudades y aldeas enseñando y predicando el evangelio y sanando enfermedades y dolencias y al ver las multitudes tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas” Dios quiere que tengamos compasión y misericordia por otras personas, hay un propósito importante para nuestras vidas. Tenemos que ser esas mujeres que levanten a otras, entender que fuimos formadas con un propósito y que en dios tenemos una identidad que nos llevara a satisfacer nuestras necesidades y también ayudar a los demás. Necesitamos que Dios siga limpiando nuestro corazón.
Esta niña vio la necesidad y trasmitió un mensaje de esperanza. Yo te invito que mires a tu alrededor la necesidad de otros y hagas una obra misericordia. No eres una casualidad de la vida, tienes un propósito y un valor en Dios. ¿Hemos sido transparentes y honestas? ¿Crees que podemos retomar esos valores perdidos?
Oración: pedimos a Dios que seamos mujeres de amor y misericordia para con los demás y poder ver sus necesidades y ayudarles sabiendo que también nosotras seremos bendecidas.